La mirada en la ciudad adquiere infinitos filtros que se van acumulando día a día. Lo cotidiano empalaga al ojo y este ciega al individuo. Una escritura de cámara, sin juicio previo, puede saltear y tender hilos secretos, provocar una fascinación inédita. Eso sí, solo encuentro una forma: jugando a ser un corresponsal extranjero. [Diego Fidalgo, 2009 - 15 min.]